No necesitaba credenciales pero las presentó.
Se asomó a la carpa y se hizo el silencio.
Ya habían salido los dos primeros tramos, que enfilaban la Avenida de Extremadura. Honores del piquete de la Guardia Civil …
Y se plantó en el atrio.
Solemne y con romero, que es el esfuerzos de todos.
Con penitentes que volvieron a engrosar sus filas con promesas recién hechas; agradecimientos por las cumplidas; muestras de amor incondicional, al mismo tiempo que su zancada alcanzaba la frontera virtual que anuncia que ahí fuera hay otro mundo…
Las lágrimas afloraban por doquier.
En este punto debo confesarles que a mediodía, bajo un sol radiante de esos que pican y que dejan entrever nubes negras como el futuro que definitivamente le espera, pensaba titular esta crónica con un ‘…Cómo decíamos ayer’…rememorando esa última …aciaga, y sin virus, de 2019….
Sin embargo, todo fue distinto…
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