- Este proyecto de investigación está integrado por un consorcio de 12 entidades, entre las que se encuentra Aqualia, de 5 países: España, Italia, Alemania, Hungría y República Checa.
- Su objetivo es estudiar la posibilidad de cultivar microalgas a partir de los nutrientes contenidos en las aguas residuales para así obtener biomasa y su posterior valorización como biofertilizantes, bioestimulantes y/o biopesticidas de alto valor agronómico.
La delegada de Urbanismo, Silvia Fernández, ha acompañado a más de 25 investigadores e investigadoras procedentes de 11 universidades de todo el mundo, en una visita a la Estación de Recogida de Aguas Residuales (EDAR) una de las plantas más grandes del mundo y la mayor de Europa de tratamiento de aguas residuales basadas en microalgas.
La delegada ha recordado que se trata “de un proyecto que supone la puesta en marcha de este proyecto para conseguir bioproductos a través de aguas residuales, una buena práctica a reproducir en distintas localidades y que supone un ejemplo de sostenibilidad y eficiencia en el medio ambiente con la depuración de las aguas de una manera sostenible y natural”.
Esta acción se enmarca dentro del proyecto de I+D “H2020 SABANA”, que ha contado con una inversión de 11 millones de euros procedentes de Fondos Europeos y 1.500.000 euros que ha aportado la empresa Aqualia, concesionaria del Servicio de Aguas en la ciudad de Mérida.
Este proyecto de investigación está integrado por un consorcio de 12 entidades, entre las que se encuentra Aqualia, de 5 países: España, Italia, Alemania, Hungría y República Checa. Su objetivo es estudiar la posibilidad de cultivar microalgas a partir de los nutrientes contenidos en las aguas residuales para así obtener biomasa y su posterior valorización como biofertilizantes, bioestimulantes y/o biopesticidas de alto valor agronómico.
La tecnología de microalgas representa un nuevo paradigma de la depuración de aguas residuales, ya que convierte las estaciones depuradoras (EDARs) en fuente de recursos “verdes” de alto valor añadido (bioplásticos, biofertilizantes, cosméticos…) a la vez que se reduce de forma significativa los requerimientos energéticos para tratar las aguas de forma eficiente.
H2020 SABANA convierte a la EDAR de Mérida en una biofactoría a escala real, y un claro ejemplo de economía circular aplicado a escala industrial. Para esto se ha construido un área de tratamiento de cerca de 20.000 m2, donde se han instalado los denominados “raceway” (un carrusel de agua abierto con poca profundidad donde se cultivan las microalgas), que da una capacidad de tratamiento de aguas residuales de alrededor de 2 millones de litros al día y una producción de biomasa de alto valor cercana a las 200 toneladas al año.
Aqualia ya cuenta con amplia experiencia en este tipo de proyectos en el territorio nacional. Actualmente cuenta con instalaciones para validación de este mismo proceso, habiendo superado los 9 años de operación en los sistemas raceway, y habiendo conseguido un proceso estable y continuo de depuración con los mismos.
Silvia Fernández:
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